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Construir y gestionar un negocio puede ser un reto, especialmente si también te encargas de la casa. Después de una ajetreada mañana preparando a los demás para su jornada, puede que no te sientas tan preparado para ir a trabajar.

Del mismo modo, después de un largo día de trabajo, todas las tareas que tienes que hacer para mantener tu casa en orden probablemente te parezcan abrumadoras. Aquí tienes algunos consejos sobre cómo compaginar una vida ajetreada en casa y en el trabajo.

Deja de lado el estrés

Ocuparse de los problemas tanto en el trabajo como en casa puede hacer que te sientas estresada o con exceso de trabajo, lo que puede dificultar que trabajes con eficacia o que disfrutes del tiempo con tu familia. Puede ser útil conseguir un poco de “tiempo a solas” entre el trabajo y tu familia, ya sea antes de ir al trabajo o justo después de llegar a casa.

Por ejemplo, puedes probar a salir antes del trabajo y escuchar tu música favorita en la oficina, o salir a correr justo al llegar a casa. Esto te dará la oportunidad de desconectar y despejar la cabeza del estrés del trabajo o del cuidado de la casa.

Busca una guardería de calidad

Puede que te resulte difícil mantener la concentración en el trabajo si te preocupa el cuidado que reciben tus hijos mientras no estás. Asegúrate de encontrar niñeras y cuidadores en los que confíes plenamente, y que consideres que son competentes para cuidar de tus hijos mientras tú no estás.

Si vas a contratar ayuda para el cuidado de los niños, haz una lista de todos los criterios que consideras esenciales en un cuidador. Si falta algo en esa lista, puede que no sea el cuidador adecuado para ti.

Mira a ver si puedes concertar un día de prueba con la posible niñera o canguro para ver cómo se desenvuelven cuidando de tus hijos mientras tú estás allí. Así no tendrás preocupaciones mientras intentas ocuparte de tus asuntos.

Mantente organizado

Estar desorganizado o planificar las actividades en el último momento puede tener un impacto negativo en tu estado de ánimo y en tu eficiencia laboral. Intenta mantener tu casa y tu zona de trabajo limpias y bien organizadas para que no tengas que buscar entre el desorden para hacer las cosas.

En casa, esto puede ser tan sencillo como establecer un lugar para guardar todo lo que utilizas habitualmente. No tendrás que preocuparte por encontrar las llaves si las pones en el mismo sitio cada vez que llegues a casa.

Une las dos cosas

Por último, pero no por ello menos importante, evitar que tu vida doméstica interfiera en tu vida profesional suele significar mantener ambas cosas separadas siempre que sea posible. En lugar de ello, busca formas de combinar las dos como puedas.

Por ejemplo, en lugar de retirarte a una oficina en casa mientras intentas hacer el trabajo relacionado con el negocio en casa, haz que tus hijos y tu pareja participen. Aunque no tengan ningún consejo que dar en cuanto al mantenimiento de tu negocio, hablar con ellos de lo que ocurre en el trabajo te dará la oportunidad de desahogarte.